No pudo ser, José María García tuvo que retirarse de forma precipitada del Dakar 2022, en la primera etapa y tras una avería en su BMW que no se pudo solucionar. Atrás quedaron todo el esfuerzo, el entrenamiento, la búsqueda de la moto, la preparación de ésta, localizar patrocinadores que apostasen por su proyecto. Cientos de horas invertidas de duro trabajo y esfuerzo, para que al moto decidiera no arranchar justo el primer día.
La moto se paró a tan sólo cuatro kilómetros de comenzar la etapa especial. La moto arrancó perfectamente, hizo estos kilómetros y se paró, sin más. Lograron volver al parque cerrado donde comenzó toda una odisea para dar con el fallo.
La moto se paró a 4 kilómetros de la salida
Hacía frío y estaba lloviendo y a las 20 horas comenzaron las tareas de reparación entre José María y Alberto, del equipo Club Aventura Tuareg. Se comprobó todo, bomba de la gasolina, sistema de inyección, bujía y aceite donde vieron que algo no estaba bien. A las 3 de la madruga decidieron cambiar el motor completo por el de la BMW 450 con la que José María García hizo su anterior participación en el Dakar; pero no hubo forma.
Las horas pasaba y la solución no llegaba; el propio mecánico se sorprendía de la cantidad de recambio y soluciones que José María García aportaba, pero no hubo forma.
A las 8 de la mañana ya era completamente imposible tomar la salida, y fue cuando se decidió abandonar. El Dakar es así, te puede jugar una mala pasada desde el principio, sobre todo cuando partes como amateur y con unos medios más bien limitados.
José María nos comentaba que los días después del abandono fue horrible, que sólo le animaba la idea de volver a intentar tomar la salida en la próxima edición. Que no se podía creer la mala suerte que había tenido, pero que es a lo que te enfrentas cuando te metes en un reto como este.