Yamaha ha renovado el T Max 530, el scooter deportivo de referencia y claro líder de ventas entre los scooter de alta cilindrada. Nada menos que 15 años han pasado desde que la firma de los diapasones sorprendiera a todo el mundo con un scooter que marcaría la referencia de una nueva categoría, porque hace 15 años scooter y deportivo no eran dos palabras que se unieran realmente. Y lo hizo con un scooter con tacto de moto, con un impecable chasis omega y un motor bicilíndrico que dejaba clavados a sus (pocos) oponentes.
A pesar de que Yamaha anunciase que este año no iba a tener importantes novedades después de todo el esfuerzo que realizó la pasada temporada con importantes lanzamientos, para 2017 tenemos una renovada y flamante YZF R6 y este icono también de la firma japonesa, el T Max.
El nuevo Yamaha T Max ahora, en realidad, son tres. El modelo básico, el SX y el DX. Al primero le podemos configurar, tirando de equipamiento de fábrica, como nos de la gana; es como un lienzo en blanco. Si no queremos complicarnos la vida podemos optar por el SX que es la versión más deportiva, o por el DX que es el más equipado y elegante… Pero vayamos por partes.
Las principales novedades del Yamaha T Max radican en su motor o, mejor dicho, en la gestión electrónica de éste. Ahora tenemos acelerador electrónico y sistema de control de tracción. La norma Euro 4 ha obligado a mejorar la gestión de la alimentación del T Max y el escape, para lograr menos emisiones y motores más eficaces. El escape es completamente nuevo y está colocado en una posición más elevada.
La transmisión ha sido también revisada ahora con una correa de fibra de carbono de alta resistencia que permite reducir este componente y hacerlo más ligero. Cuanto menos peso suspendido detrás, mejor. Además el basculante, de aluminio, es más largo y la suspensión trasera es de tipo «bieleta» que progresivamente se va endureciendo conforme la moto va acelerando, para evitar que el scooter se hunda de atrás y nos de más «sensación de moto».
El chasis también es completamente nuevo. Ya desde la primera versión del T Max vimos que se trataba de uno de los elementos clave para hacer que nos olvidásemos que estábamos sobre un scooter. Para la edición 2017 tiene un bastidor completamente realizado en aluminio (también el basculante como hemos visto) y más ligero; según Yamaha hay una diferencia de unos 10 kilos entre el antiguo y el moderno T Max.
El rediseño del chasis ha condicionado la capacidad de carga donde ahora podemos albergar dos cascos tipo Jet, recordad que el hueco del T Max era algo tortuoso de forma y profundo. Con todo ello se ha pretendido mejorar el centrado de masas y hacer que la moto siga mejorando su proverbial aplomo y manejabilidad.
De serie trae unos nuevos neumáticos Bridgestone especialmente diseñados para una baja resistencia a la rodadura (que no mal agarre) y que sean mas ligeros. La llanta trasera ahora es de 4,5 pulgadas; pero conserva la misma medida de los neumático: 120/70 15 delante y 160/60-15, detrás.
El cuadro de instrumentos sigue teniendo dos esferas analógicas: velocímetro y cuenta revoluciones, y un display TFT con un curioso efecto de «profundidad» con el resto de los datos. El arranque es sin llave y el bloqueo también lo ejerce sobre el caballete central, que evitará que se repliegue con la moto «cerrada y nos da un extra de seguridad contra los cacos; buena idea. El frontal tiene un aire de familia con el resto de las motos deportivas de Yamaha y trae elementos de LED.
El Yamaha T Max con modos de conducción
La versión SX y DX tienen el denominado D Mode que permite ajustar el scooter a los modos de conducción ciudad o sport. Los dos, además, los puedes pedir con My TMax Connect con el que podrás tener un sistema de rastreo del vehículo o controlar algunos de los parámetros de tu Yamaha T Max desde tu dispositivo móvil.
El DX además añade control de crucero, parabrisas ajustable electrónicamente (en el resto de la gama se puede hacer de forma manual), puños y asiento calefactado y suspensión trasera ajustable.