El líquido de frenos en nuestra moto es el encargado de transmitir el movimiento de la maneta o pedal de freno desde la bomba hasta la pinza. Al presionar la maneta o pedal del freno, una bomba ejerce presión sobre un líquido y hace que los pistones de la bomba empujen las pastillas hacia el disco con el que frenamos nuestra moto. Al dejar de accionar la maneta o el pedal, el líquido deja de ejercer presión para que las pastillas y los discos se separen. Parece sencillo, pero en todo este proceso la calidad del líquido de frenos hará que tengamos un tacto de frenos bueno o malo.
¿Qué es lo que no debe hacer el líquido de frenos? Debe transmitir la presión pero no comprimirse, que es cuando decimos que los frenos tienen un tacto esponjoso. ¿Por qué se puede producir este tacto esponjoso? Porque el líquido de frenos tenga agua o burbujas de aire en su interior que sí se pueden comprimir, restando eficacia a la presión que ejercemos con la maneta a través de la bomba.
Líquido de frenos DOT3 y DOT4, los más usados
El líquido de frenos se compone básicamente Poliglicol y básicamente tiene que tener un punto de ebullición elevado. El calor que desprenden pastillas y frenos cuando actúan entre ellos se transmite directamente al líquido de frenos sin que deba éste perder su eficacia. Dependiendo del DOT que usemos el punto de ebullición será más bajo. El DOT3 tiene un punto de ebullición de 205 grados. El DOT4 que es el que llevan la mayoría de las motos, especialmente si tienen frenos con ABS, de 230 grados. El DOT 5.1, llega hasta los 260 grados.
También existe un DOT5, que no se compone de Poliglicol y que no se puede mezclar con los DOT3, 4 y 5.1 (no los confundas a pesar de su numeración). El DOT5 que tiene un rango de temperaturas de utilización que van desde -40 grados hasta un punto de ebullición por encima de los 260 grados. Su uso está reservado a vehículos de competición y no se suele usar en motos de calle convencionales. Su base es de silicona y su principal ventaja es que no termina absorbiendo agua como los DOT3, 4 y 5.1. La desventaja del DOT 5 es que no funciona correctamente con sistema de frenos con ABS.
La referencia del DOT adecuado para tu moto la verás en la tapa de los depósitos del líquido de frenos. El DOT 5.1 será la referencia que sustituya al DOT4, que es el más corriente en nuestras motos.
¿Cuándo se debe cambiar el líquido de frenos de la moto?
Entre dos y cuatro años es el tiempo en el que líquido de frenos se puede usar. La Poliglicol tienen la desventaja que atrae el agua que hay en el ambiente y con el tiempo genera pequeñas partículas que le hacen perder eficacia. Por eso no conviene tener la tapa del depósito del líquido de frenos mucho tiempo abierta o bien usar un líquido de frenos cuyo envase haya estado mucho tiempo abierto. Si compras líquido de frenos nuevo verás como tiene su tapón un sello hermético como el de las botellas de leche. Esto se hace para que durante su almacenamiento no coja aire.
El líquido de frenos además es muy corrosivo, por lo que deberemos tener cuidado durante las tareas de mantenimiento. Puede dañar nuestras manos, no debe entrar en contacto con los ojos, y disuelve la pintura si entra en contacto con ésta.
¿Podemos cambiar nosotros el líquido de frenos de la moto?
Cambiar el líquido de frenos de la moto es una tarea sencilla, que no requiere herramientas especiales pero sí que hagamos esta operación con bastante cuidado. Si tu moto tiene un sistema de frenada combinada, tiene algo más de complicación por la configuración del repartidor de frenada. En este último caso te recomendamos que acudas a un taller especializado.
La operación de cambiar el líquido de frenos consiste en expulsar el líquido antiguo por los purgadores que encontrarás en las pinzas de freno de tu moto, mientras que introduces el líquido nuevo por el depósito. Tienes que ir introduciendo el líquido bombeando suavemente con la maneta o el pedal de freno, sin que se quede nunca el depósito vacío por el que podría entrar aire.
En los purgadores meteremos unos tubos (macarrón) de plástico transparentes de la medida del purgador para que el líquido no se derrame sobre la pinza, disco o rueda, y que se vaya depositando en un recipiente (por ejemplo un bote de plástico).
La clave está en que durante todo el proceso no entre aire en el circuito, tanto durante la entrada del líquido nuevo por el depósito como por los purgadores al principio del proceso que succionarán aire cuando retornemos la maneta, por lo que será necesario que los tubos que hemos conectado al los purgadores contengan algo de líquido de frenos. Cuando veamos que el líquido nuevo sale por los purgadores, verás que cambia de color, mantén la maneta o pedal de freno apretado y cierra los purgadores. Coloca la tapa del depósito y suelta la maneta; si lo has hecho bien verás que el circuito tiene ahora la presión y tacto adecuado. Si se han quedado burbujas de aire tendrás que repetir la operación.
Como truco adicional te recomendamos que envuelvas el depósito y el manillar con un trapo o plástico por si se derrama algo de líquido (recuerda que es corrosivo). Esta operación la harás mejor si te echa una mano otra persona.
Y tan sencillo como cambiar el líquido de frenos nosotros mismos…
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