El Yamaha X Max 300 va un paso más allá de la versión 250, un scooter compacto que tras 11 años de historia ha dejado nada menos que 130.000 unidades vendidas. La llegada de la normativa Euro 4 ha obligado a renovar completamente este scooter que bien sirve para un uso urbano como para todos aquellos que tienen necesidades de ampliar el radio de acción por vías interurbanas. Además, los retoques en el motor, tecnología Blue Core en el argot de Yamaha, implica un menor consumo de combustible y menos emisiones contaminantes. Por encima de este scooter, tienes el Yamaha X Max 400, más grande y con un carácter algo más deportivo, sin llegar al tope de gama de la firma de los diapasones: el Yamaha T Max 530.
Yamaha ha estrenado motor en el X Max 300. Se trata de un monocilíndrico de cuatro tiempos, refrigerado por agua y con cuatro válvulas. La cámara de combustión asegura una alta compresión gracias su rediseño interno. El cilindro es de Diasil, una aleación de aluminio que disipa mucho mejor el calor que los convencionales de acero, que además necesitan tener una camisa para resistir a la abrasión. También se ha canalizado mejor el chorro de aceite hacia el pistón, contribuyendo a mejorar todavía más la refrigeración. El motor, de esta forma, se muestra siempre constante en su funcionamiento incluso si circulamos en atasco a muy baja velocidad.
El sistema de inyección del motor también es nuevo y orientado hacia proyectar la mezcla justo a la parte posterior de la válvula para una combustión rápida y eficiente. El par motor a medio y bajo régimen es otra de las ventajas de este propulsor. Como ya se vio en algunos scooter Piaggio, el Yamaha X Max 300 estrena un control de tracción que viene de serie con el scooter. Las pérdidas de tracción de la rueda trasera de un scooter son muy frecuentes en el uso urbano, por ejemplo cuando aceleramos desde un semáforo con una línea de pintura en el pavimento. La conducción en mojado con más seguridad está garantizada con este elemento.
El bastidor del Yamaha X Max 300, de nuevo cuño, incorpora una horquilla delantera convencional y doble amortiguador trasero firmes y orientados más a la eficiencia y seguridad que hacia la comodidad; se ha buscado la rigidez del conjunto. En las ruedas combina una llanta de 15 pulgadas delante con otra de 14 detrás. Los frenos son de disco en los dos trenes, con elementos de 267 mm. de diámetro delante y de 240, detrás. Obviamente el ABS es de serie.
La carrocería es muy elegante y muy «Yamaha», con claras similitudes al T Max. El grupo óptico delantero tiene dos proyectores de LED, con una luz central, ubicados en un aposición suficientemente elevada para ser vistos sin problemas. Los faros traseros y toda la zaga también son «marca de la casa». También el cuadro de instrumentos es de inspiración T Max con esferas analógicas para velocímetro y cuenta revoluciones.
El Yamaha X Max 300 no necesita llave para arrancar. En el frontal también encontramos una toma de corriente que comienza a ser ya necesaria si queremos conectar un navegador o nuestro smartphone para la recarga.
El espacio para el equipaje permite ubicar dos cascos integrales. Los diseñadores de Yamaha han logrado dar un plus de anchura a este espacio con objeto que quepan cosas más grandes como una mochila con nuestro ordenador portátil dentro. También tenemos equipamiento oficial para configurar aún mas nuestro X Max 300. Los colores disponible s son Lunar Grey, Milky White y Quasar Bronze y llegará a las tiendas en marzo de 2017.