Hace unos pocos años el que se atrevía a formular la pregunta de si me compro una moto china, recibía la misma repuesta. Lo barato sale caro… Es verdad, las motos chinas eran sinónimo de baratas, anticuadas y con una fiabilidad más bien escasa. Mala tornillería, copias de motores muy antiguos de los fabricantes japoneses, chasis poco desarrollados y unas suspensiones que iban poco más allá de unos simples muelles. Hablamos como mucho del año 2014 o 2015.
En menos de 10 años la realidad es otra y tenemos en el mercado motos y modelos que poco o nada tienen que envidiar a las marcas japonesas y europeas de renombre. Las motos chinas las están distribuyendo grandes grupos de importación españoles, como Bordoy u Onex, entre otros, con buena red comercial porque han estado representando a grandes marcas como MV Agusta o Ducati, y con unas garantías que en la mayoría de los casos supera los cinco años y contempla la venta de la moto a un nuevo propietario.
Buscaron buenos precios y dejaron el conocimiento
China fabrica casi la mitad de las motos que circulan por el mundo y tiene un mercado de unos 16 millones de matriculaciones al año. El volumen de fabricación es impresionante, sobre todo porque grandes marcas europeas o asiáticas también fabrican la totalidad de sus motos o muchos de sus componentes allí. Por ejemplo Voge pertenece al grupo Loncin, que se encarga de parte de la producción de BMW.

Zontes M350
Las marcas de motos, y de coches, acudieron al China en busca de mejorar sus beneficios fabricando con una mano de obra más barata y también con menos restricciones ecológicas, buscaron buenos precios pero China se quedó con algo más importante, que es el conocimiento. Sabiendo hacer las cosas, ¿qué les impedía fabricar directamente a ellos los productos y comercializarlos por todo el mundo?
En busca del prestigio
China tiene hoy las fábricas, la mano de obra a mejor precio, unas leyes anticontaminación poco o nada restrictivas y el conocimiento de haber estado fabricando durante años las motos de todas las mejores marcas del mundo, ahorrándose la experiencia y los conocimientos de ingeniería necesarios. ¿Qué les faltaba? Está claro que el prestigio.
Voge, Zontes o QJ Motor quizás sean las marcas que más productos han presentado en los últimos años. Son marcas que han partido de cero en el mercado español, presentándose siempre con unas líneas en las que hablan del poder de sus factorías, del volumen de piezas que son capaces de producir y… que han sido las marcas que han servido de proveedores a grandes fabricantes de motos. Seguro que en tu cara moto europea o japonesa, llevas algún componente que ha sido fabricado por ellos.
Su entrada en Europa ha sido de la mano de buenos distribuidores e importadores, que curiosamente han tenido que abandonar la distribución de marcas «de primera línea» porque han decidido distribuir directamente ellos sus productos. Por ejemplo Onex dejará de distribuir Ducati a partir de enero, y precisamente el quien vende Voge en España. El grupo Bordoy tiene su propia marca de motos, Macbor, también fabricadas en China, pero distribuyen QJ Motor con modelos que curiosamente son grandes rivales de sus Macbor; mientras que sigue distribuyendo los modelos de la taiwanesa SYM.

QJ Motor SRT 550X
Con el lanzamiento de las nuevas Zontes, Voge o QJ Motor, vemos que ya las marcas chinas presentan sus modelos ya sin ningún pudor, como competidoras de los modelos de Honda, Yamaha, BMW o KTM, pero en una franja de precios mucho más discreta. Por ejemplo el precio medio de una moto de trail es de unos 12.000 euros, pero si nos vamos al mercado chino encontramos modelos muy similares (algunos con mayor equipamiento) claramente con un límite que no supera los 10.000 euros y con más de cinco años de garantía.
Chinos que se quedaron con prestigiosas marcas europeas
Junto con nuevas marcas que venden sus motos bajo su bandera, tenemos el caso de Benelli, Lambretta, Moto Morini o Malagutti, que en otra vida fueron grandes marcas europeas y que hoy tienen capital 100 por cien chino. Algo que también ha ocurrido en el mundo de los coches. Aquí el prestigio, la marca y el diseño ya están conseguidos, y solo faltaba oxigenar económicamente a la marca y… fabricar a buenos precios.

VOGE 525 DSX 2023
¿Merece la pena comprar una moto china?
Parece que la industria europea y japonesa se ha dado un tiro en un pié con todo esto, porque la respuesta es que sí merece mucho la pena comprar una moto china. Mal que nos pese ya tenemos modelos bien fabricados, con buenos componentes y un diseño y equipamiento de primera línea, siempre con unos precios mucho más competitivos. Las garantías extendidas y una buena red comercial con servicio postventa de primera línea, harán el resto… El tiempo lo dirá, pero en 2023 y 2024 vamos a asistir a un cambio de paradigma de la distribución y marcas preferidas entre los aficionados de europa, un mercado que para Asia es más bien pequeño, no lo dudes.
Igual todavía no te has visto montando y disfrutando de una moto china, pero para nosotros es cuestión de tiempo. ¿Cómo reaccionarán las marcas tradicionales ante semejante «Caballo de Troya»; será cuestión de tiempo que lo veamos, porque además de la mano de obra barata, China tiene bajo su ala toda la producción de los componentes tecnológicos que parece ahora son imprescindibles en nuestros vehículos.