Las etiquetas ecológicas llegan al parque de motocicletas español y serán estas las que sirvan para autorizar -o no- el paso de estos vehículos a zonas restringidas o en situaciones de alta contaminación. Un sistema que ya estaba aplicado a los coches y que ahora sirve a Anesdor y a la DGT para disipar las dudas de si realmente todas las motos estaban clasificadas como «ecológicas».
En abril de 2016 la DGT hacía publica la información con respecto a las etiquetas ecológicas para coches, motos y ciclomotores eléctricos, los cuales llevarían la etiqueta «Cero»; pero la información sobre las etiquetas para estos dos últimos tipos de vehículos no eléctricos estuvo ausente y causó intriga hasta ahora que la clasificación finalmente se ha establecido y, como era de esperarse, se propone que sea según la norma Euro con la que esté homologada la moto.
Anesor aprovechó la oportunidad y durante la presentación de los resultados económicos 2016 y las previsiones para 2017 confirmó que las condiciones para las etiquetas de las motos están ya establecidas y solo falta la aprobación por parte de la Dirección General de Tráfico. Según lo presentado, la clasificación quedaría así: 0 Emisiones L (eléctricos), Eco L (Euro 4), C-L (Euro 3) y B-L (Euro 2).
De aprobarse esta clasificación, las motos y ciclomotores anteriores a 2003 no tendrán etiqueta medioambiental porque básicamente, todas estarían por debajo de la clasificación, aunque ahora mismo esto no implicaría nada, porque el único Ayuntamiento con normativa que limita la circulación en zonas residenciales o días de alta polución es el de Madrid, y en su ordenanza sólo distingue «motos y ciclomotores» para discriminarlos positivamente en ambos casos (o sea, que los dejan circular sin límite).
Sin embargo, cada Ayuntamiento podrá tomar medidas con respecto a esta decisión y es posible que muy pronto, las motos (y ciclomotores) anteriores a 2003 vean limitadas sus posibilidades de circulación en ciertos momentos dentro de los grandes municipios. Teniendo en cuenta datos de la propia Anesdor, esto afectaría a un 60% aproximado del parque móvil de dos ruedas existente.