La Honda CB 1000 R 2018 es toda una moto naked de diseño. Honda se separa de las naked derivadas de las motos superdeportivas, para hacer un producto con una identidad única, con mucho diseño, con unas líneas impactantes. Ya nos sorprendió en el pasado Salón de Tokio con la Honda Neo Sports Cafe Racer, en forma de «concept», y resulta que esta moto se convierte casi de forma fidedigna en la nueva CB 1000 R.
Honda sigue las nuevas tendencias de la moda, con motos cada vez más minimalistas y más desnudas, dejando al aire toda la belleza de su mecánica. Esta cuenta con un motor de cuatro cilindros derivado del de la Honda CBR 1000 RR. Para la versión Naked se ha hecho que este motor, que fue presentado el pasado año, tenga un 16 por ciento más de potencia hasta las 10.000 vueltas y un 5 por ciento más de par en la zona del medio régimen. El resultado es una moto mucho menos de circuito y más orientada al disfrute en carretera, sobre todo en tramos de montaña y con mucha curva. El desarrollo también es algo más corto, un 4 por ciento, que el de la Honda CBR 1000 RR.
Como ya hemos visto en algunas de las novedades 2018 de Honda, como la Africa Twin 2018, la CB 1000 R ya viene con acelerador electrónico «ride by wire», tres modos de conducción (Rain, Standard y Sport) y control de par seleccionable. Si queremos más podemos encontrar una versión TBC con quickshifter (cambio rápido sin necesidad de usar el embrague), junto con otros detalles extra como puños calefactados, tapa del asiento trasero, panel para la aleta trasera y el paso de rueda y rejilla metálica del radiador.
Modos de conducción y electrónica de la Honda CB 1000 R
El modo de conducción Rain actúa con un ajuste de potencia más bajo, freno motor medio y control de tracción elevado. El Standard ofrece un ajuste de potencia medio, al igual que el freno motor y el control de tracción. La potencia en primera y segunda velocidad está rebajada y el par motor reducido a aperturas parciales del acelerador. Permite algo de derrapaje de la rueda trasera y levantamientos de la delantera moderados. El modo Sport es el que ofrece toda la potencia del motor de la Honda CB 1000 R, con un freno motor y control de tracción bajos. Además tenemos un modo User que permitirá elegir tres ajustes por cada parámetro.
El escape tiene también algunos detalles que llaman la atención, como su salida 4-2-1 con cuatro catalizadores cortos en una cámara principal y silencioso de doble cámara. Esto ha servido para mejorar la respuesta del motor en regímenes bajos y medios, y a reducir el peso del componente. A partir de las 5.500 vueltas el sonido se vuelve algo más ronco, transmitiendo muchas más sensaciones a la conducción.
Frente al modelo anterior de la Honda CB 1000 R, nos encontramos con una moto más pequeña y más ligera. También la postura de conducción es más relajada, no tan deportiva que nos obligue a ir demasiado agachados sobre el depósito.
El chasis también estrena formato, ahora es una viga central de sección rectangular. La suspensión delantera cuenta con una horquilla invertida Showa de «pistón grande» y función separada. Detrás también tenemos un único elemento Showa sobre un basculante monobrazo que deja al descubierto toda la belleza de la rueda trasera. El conjunto del chasis es 2,5 kilos más ligero que la versión anterior.
En los frenos contamos con pinza de cuatro pistones y anclaje radial, delante. La pareja de discos es de 310 mm. de diámetro que se combinan con un freno trasero de 256.
Estéticamente lo primero que llama la atención es la práctica ausencia de elementos de plástico, según Honda sólo hay seis piezas realizadas en este material, entre ellas la aleta delantera. El resto de los acabados son piezas metálicas como en las legendarias motos cafe racer. El protector del radiador, la tapa de la caja del filtro del aire en aluminio cepillado, las tapas del motor, la culata y buje de la corona o el depósito del combustible que es de acero, sin rebordes de soldadura.
Todo el conjunto de luces es con elementos de LED, con un faro delantero redondo que mezcla sabiamente la estética de las motos clásicas con los elementos más modernos y seguros, y además contribuye a aligerar mucho los elementos del tren delantero. La luz trasera también es una barra de luz semicircular que se agranda cuando se pulsan los frenos.
El cuadro de instrumentos tiene forma de T, con acabados metálicos y realmente impactante. Su integración con la parte superior del faro delantero también está muy conseguida.